miércoles, 13 de diciembre de 2006

Impiro


(in= dentro; piros= fuego)
Dícese de quien posee mucho fuego en su interior y puede ser víctima de combustión interna.

En la antigüedad, y hasta muy entrada la edad media, se sospechaba que los cuerpos de todos los animales de sangre caliente (incluso del hombre) estaban hechos con cuatro elementos: agua, tierra, aire y fuego. Parecía evidente que en parte somos de fuego, porque nuestra temperatura siempre se mantiene a 36,5º a pesar de que en el ambiente haya un frío excesivo. Sin embargo, el fuego (que tiende a consumir todo) podría propagarse por el cuerpo si no hubiera un termostato. Según Aristóteles, ese termostato es el cerebro. Cuando a algunas personas les falla un específico sector del cerebro, corren serios riesgos de quemarse vivas. En ese momento la persona se ha convertido en un impiro.
Un impiro inicialmente puede sufrir fiebre. Luego sufrirá melancolía, locura y finalmente se consumirá como una brasa. Antes de que comience la combustión, hay que evitar que la víctima se mueva demasiado: eso podría generar que en lugar de una tranquila combustión, se desate una explosión violenta.
A veces, el impiro no alcanza temperaturas tan altas como para quemarse; sin embargo se lo puede reconocer por las siguientes características:
- Sus manos están tan calientes que queman
- Su rostro tiene un tinte rojizo
- La piel de su cuerpo inexplicablemente se va oscureciendo con el paso de los meses.
- Disminuye de altura y parece envejecer con abrumadora velocidad
- Necesita beber con mucha frecuencia. (En estos casos, se recomienda no darle alcohol ni balurdo, porque eso puede provocar la combustión violenta)
- Está siempre enojado
- Le dice groserías a las mujeres (los impiros son generalmente hombres)
- Maltrata a los niños
- Tiene una obsesión enfermiza por acumular bienes (comida y dinero sobre todo)
- Se ríe de la desgracia ajena
No se ha ensayado seriamente una cura para esta enfermedad; los registros evidencian que no había una gran motivación para curar a los impiros, dado que eran gente "grosera, lúbrica, lasciva, afrodisíaca, cínica, hipócrita, embustera y malhumorada"
Probablemente de la experiencia de la combustión violenta ha surgido la expresión "ojalá reviente" para referirse a personas que se comportan de manera arbitraria.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Profilaxis
No comer picante.
No mirar partidos del mundial.
No tomar trenes.
Tener sexo diario.(preferentemente con alguien)
Practicar boxeo o natacion.
Poner aire acondicionado en la pieza.

Max dijo...

Realmente me encanto. Saltando de blog en blog vine a parar hasta este y me sorprendi. Un blog original; muy original. Ya esta entre mis blogs de cabecera. Mis felicitaciones. Voy a pasar seguido. Maxxi
www.mipartedelaire.blogspot.com

The Bug dijo...

Una palabra que se relaciona con esta es infectópiro, utilizada para referirse a aquellas personas que tienen la amarga habilidad de hacer inflamar a cualquiera que casi siempre en forma involuntaria deba convivir con ellas.