martes, 25 de diciembre de 2007

Decisión del jurado: palabra del señor «—x—«

He aquí la decisión del cuarto integrante del jurado para el Segundo Concurso Exonario:

El Sr. X (Yo) ha dado su veredicto y es inapelable y sabio:

TERCER PUESTO:

Bloguencia. Llena un vacío semántico real, es muy útil, está correctamente formada, a partir de audiencia y blog (a la manera de muchos neologismos), y suena española. El único defecto que le encuentro es que una persona que no esté avisada de su significado puede interpretarla de otros modos (por ejemplo, cualidad de lo blogueril, presencia bloguera, etc.)
SEGUNDO PUESTO:

Melanocracia: está correctamente formada y suena como un auténtico término técnico en español. Cualquier lector culto que la vea por primera vez sabrá inmediatamente a que se refiere. El problema que le veo es precisamente ése: la referencia obvia no es la que le asigna (restrictivamente) el autor. Por ejemplo, uno podría hablar en términos amplios de la melanocracia sudafricana a partir de Mandela, de Barack Obama como candidato melanocrático estadounidense o de un déficit melanocrático en la ciudad de Salvador de Bahía. El campo semántico propuesto por el autor debió representarse, en cambio, por medio de la palabra "melanocefalocracia" (gobierno de los cabecitas negras) y sus derivadas. Si no la voto en primer lugar es solamente por esta imprecisión, y porque soy regorila.

PRIMER PUESTO:

Nubídea.

(El señor «—X—« pidió no dar una justificación para esta última elección, tal vez pensando que la palabra ubicada en el primer puesto no necesita justificarse. ¿Le podemos permitir semejante desacato?)

1 comentario:

«—x—« dijo...

Cumplo en informar los motivos por los que elegí «nubídea» en primer lugar: básicamente, con esta palabra fue amor a primera vista. Es como me gustan a mí, soñadoras, sorprendentes, aéreas, un poco loquitas. Lo que me hizo dudar fue el hecho aparente de que mezclara una raíz griega («idea») con otra latina («nubis»). (Es decir, no estaba seguro de su estirpe familiar.) Por eso reservé mi veredicto hasta que pudiera investigar sobre su herencia (etimológica). Pero como el tecnicismo «idea» es un préstamo perfectamente asentado en el latín depuse mis objeciones y le dí el «sí», feliz de la vida. (Y por cierto, no sé a qué vendrían tantas dudas sobre la ascendencia, si a mi me encanta el mestizaje.) Señores, ha formado una pareja.