viernes, 4 de julio de 2008

Cenotimia

(Adj. Del griego kenón = vacío y éthimos = hábito, costumbre)

Hábito de guardar envases vacíos.

El cenotímico dispone una o varias alacenas para coleccionar los frascos de mayonesa o las botellas de tomate triturado. Si tiene un galpón en el fondo de la casa, no duda en atiborrarlo de cajas y cajitas de electrodomésticos, estuches para huevos, tubos de papas fritas, bolsas de supermercado y carcasas rotas de teléfonos celulares. A veces, esta colección se hace con la esperanza -vaga- de que cada envase puede tener un destino útil. Otras veces -como con el hábito de guardar latas de cerveza o raras botellas de vino vacías - sólo se hace por el disfrute de acumular entidades esqueléticas sin contenido. La pasión del cenotímico coleccionista tiene algo de platónico: el cenotímico busca el disfrute por la forma. No le interesa la soda, le interesa el sifón. No le interesa comer pastillas tic tac; él sólo desea la preciosa cajita de plástico.

El cenotímico tiene la obsesión de conservar vacíos los envases. No consiente en que su familia le quite una o dos de sus preciosas botellas para guardar clavos o tachuelas, o que -colmo de los colmos- su mujer, en un intento por poner en orden la colección, intente guardar una caja dentro de otra, o una cantidad de estuchecitos dentro de los tubos de papas fritas: ¡Si se los utiliza para guardar a otros objetos vacíos, ya dejarán de estar vacíos!. Al cenotímico le parece que un envase vacío es un continente siempre disponible. Guardar uno dentro de otro lesionaría esa disponibilidad.

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