lunes, 5 de julio de 2010

Miriatizar

(Verbo intransitivo y transitivo. Del latín millia = mil. Adjetivo: miriatizado)

Hacer que algo no se destaque por estar entre muchas cosas similares.

Quien tiene una ocurrencia aislada, medianamente lúcida, tiene chances de que esa única y tibia inspiración sea recibida como una genialidad. En cambio, si las inventivas mediocres se vuelven recurrentes, existe una gran posibilidad de que provoquen hastío y descontento. Si en ese contexto surge una idea genial, probablemente pase desapercibida o no haya voluntad de acogerla sin mala predisposición. Una idea más queda miriatizada entre decenas de otras ideas de calidad moderada. Una conferencia excelente queda miriatizada si las conferencias previas fueron correctas y aceptables.
Una cosa se miriatiza si está entre otras cosas cuya calidad es igual o un poco inferior. Lo excelente se destaca de manera muy positiva frente a lo muy malo, pero puede no destacar tanto entre lo regular y lo bueno, o entre otra cosa excelente. Por eso, para que haya miriatización se necesita que el contraste no salte a la vista con demasiada evidencia.
No solo se miriatiza en el ámbito intelectual: es difícil que se destaque la calidad de una torta, una empanada, una herramienta o un trozo de carne excelente si hay docenas de otras tortas, empanadas, herramientas o trozos de carne muy buenos para elegir. En lo malo también se miriatiza: lo peor puede no destacarse si está entre otras cosas execrables y horrendas. 

(Esta palabra en Exonario es una más entre mil doscientas. Si hubiera sido la única, tal vez yo mismo festejaría la ocurrencia de haber inventado una palabra, la habría puesto en facebook y quizás habría recibido un comentario amigable o denostatorio. Sin embargo, como es una más entre otras, quedará oscuramente miriatizada)

3 comentarios:

el violinista desmemoriado dijo...

Hay un cuento, no me acuerdo de quién, donde se declara, o se piensa en declarar, una guerra con el solo propósito de miriatizar un asesinato entre la matanza general. ¿Algún lector recuerda el nombre del cuento y del autor, que a mí se me miriatizó entre todo lo que leí cuando era adolescente?

Walter Wehinger dijo...

Es un cuento de Chesterton, protagonizado por el padre Brown. Se llama algo así como la espada quebrada, creo. Un jefe militar manda a un grupo de hombres a una muerte segura en una batalla despareja, simplemente para eliminar a uno de ellos. Si mal no recuerdo por motivos amorosos. Otros militares se dan cuenta, y terminan matando al dicho jefe.

Anónimo dijo...

En realidad, el argumento es bíblico: el rey David se enamora de Betsabé, una mujer casada, y manda a su marido, Urías, militar, a la línea de frente en una batalla para que muera en el combate. El episodio es conocido como el pecado del rey David.