viernes, 8 de octubre de 2010

Estroboloquio

(Sustantivo. Del griego stróbos = giro y logos = discurso. Adjetivo: estrobolóquico)

Discurso o cadena de discursos que vuelven continuamente al punto inicial.

Deseamos que una narración sea fluida y que, luego de una breve introducción y un nudo apasionante, llegue el desenlace esperado. Pero el narrador se detiene en mitad del nudo y vuelve a la introducción para resaltar los detalles, o para repasarlos, o porque sencillamente no tiene interés en proseguir. "Tengo un cantero con flores en el jardín de adelante. Esta mañana vi que una parte de la tierra estaba removida, como si alguien hubiera venido por la noche a enterrar algo. Comencé a sospechar que habían dejado un cadáver. Empecé a escarbar con las manos, y descubrí un arcón gigante. Estaba a punto de abrirlo. ¿Les conté de qué color eran las flores? Porque en el cantero tenía pensamientos, prímulas, petunias... En fin, al escarbar encontré un arcón y me disponía a abrirlo. Me di cuenta de que necesitaba una llave o una herramienta. Yo dejo las herramientas entre las flores. Las flores del jardín estaban hermosas, en especial la prímula, radiante con la luz del sol y una pequeña gota de rocío. Encontré una llave inglesa que no iba a servirme. Por eso pensé en el martillo, que estaba entre las flores. Tengo unas rosas, y las rosas eran mucho más rosas esa mañana. No se imaginan lo rosas que eran las rosas, porque de verdad, si hay un nombre bien puesto, es el de las rosas del cantero de mi jardín." La narración, detenida una y otra vez en los insignificantes detalles de las flores, corre el riesgo de perderse entre esos minúsculos meandros, y avanza a cuentagotas.

A veces, las discusiones son estrobolóquicas: uno de los contendientes desea volver una y otra vez al mismo punto inicial, para forzar a su rival a revisar las consecuencias y premisas que derivó, o para mostrar que sus conclusiones no se atienen al punto de partida. "Estábamos discutiendo sobre la influencia de los monopolios mediáticos, no sobre lo malo que es este gobierno", dice una y otra vez un estrobolóquico polemista a su contrincante para que no olvide cuál es el punto de partida de la discusión.

1 comentario:

José Pepe Parrot dijo...

Son desesperantes las discusiones estrobolóquicas, porque el otro siempre está esperando una excusa para retornar a esa primera cosa que quiso probar o ese punto sobre el que quiere discutir o insistir.
Es especialmente molesta la estroboloquía docente. Cuando por fin uno logra interesarse en algo en medio de una aburrida clase de economía ortodoxa el mencionado docente devía o aborta sutilmente el debate para introducir sus puntos de vista. Cabe acotar también que, en el ámbito docente, la estroboloquía a veces es necesaria, cuando los alumnos están usando como excusa una charla para irse completamente del tema o para que el tiempo pase y nos vamos poniendo viejos.